Ayuda a tu bebé desde sus primeros instantes.
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Alimentación en
el recién nacido
Alimentación en el recién nacido
La OMS y la Academia Americana de Pediatría recomiendan alimentar al bebé durante los primeros 6 meses de edad con lactancia materna exclusiva y continuarla de forma complementaria durante el primer año de vida o hasta que la madre y el niño lo deseen.
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La leche materna es el mejor alimento para tu bebé durante los primeros seis meses de vida, ya que contiene todos los nutrimentos que necesita un recién nacido para un adecuado desarrollo y crecimiento. Además de servirle como alimento, la leche materna también brinda protección a tu bebé. Esto es debido a que contiene gran cantidad de anticuerpos, enzimas y hormonas que ayudan a tu bebé a protegerse de infecciones y contribuyen a su neurodesarrollo.
La composición de la leche materna varía a lo largo de la lactancia, especialmente por que tiene el superpoder de adaptarse a las necesidades de tu bebé desde el primer momento en que comienza a amamantarse.
¿Por qué cambia la leche materna?
Los bebés que son alimentados de manera exclusiva con leche materna en sus primeros seis meses de vida son menos propensos a sufrir diarreas, gastroenteritis, infecciones del oído y resfriados, comparado con bebés que se alimentan con fórmulas lácteas. La lactancia materna también puede reducir las probabilidades de que un bebé desarrolle problemas médicos a largo plazo, como diabetes, asma, alergias, sobrepeso y obesidad.
La primera leche que se produce al inicio de la lactancia es el calostro. Tal vez habrás escuchado que también se le llama oro líquido, y no es precisamente por su color amarillo. El calostro contiene un alto porcentaje de inmunoglobulinas, proteínas y nutrimentos que activan el sistema inmune de los bebés y crean bacterias ¨buenas¨ en su intestino.
La duración del calostro varía de 3-5 días, posteriormente ocurre la bajada de leche y con ella llega la leche de transición. La composición en este momento cambia nuevamente, siempre adaptándose a lo que necesita tu bebé. La producción también aumenta para finalmente llegar a la leche madura, que será su nutrición a largo plazo.
¿Con que frecuencia debo alimentar a mi bebé?
La lactancia materna siempre debe de ser a libre demanda, lo que quiere decir que se debe ofrecer el pecho en el momento que el bebé tenga hambre y por el tiempo que quiera comer. En general, un recién nacido hará entre 10-12 tomas al día durante su primer mes de vida. No es necesario establecer un horario de alimentación, con el tiempo tú y tu bebé establecerán una rutina. Conforme vaya creciendo comerá más en cada toma y alargará los periodos entre tomas. Los recién nacidos no deben de pasar más de cuatro horas sin ser alimentados.
Es importante que como mamá o papá reconozcan cuando su bebé tiene hambre. ¿Sabes identificar las señales de hambre?
Abre la boca, movimientos de succión, mueve la cabeza buscando el pecho.
Tempranas:
Se estira, patalea, se lleva la mano a la boca.
Intermedias:
Llora, en este momento primero debes consolarlo y después ofrecerle el pecho.
Tardías:
Amamanta a tu bebé hasta que parezca estar satisfecho, en este punto comerá más lento y soltará el pecho él solo. Evita dar chupones o biberones durante el primer mes de vida o hasta que la lactancia esté bien establecida. Ofrecerlo antes de este momento puede generar confusión y hacer que el bebé pierda interés por el pecho materno.
¿Cómo saber si mi bebé come lo suficiente?
Frecuentemente, a las mamás y papás primerizos les preocupa que su bebé no coma lo suficiente. Es muy importante que los recién nacidos visiten al pediatra entre las 48 y 72 horas de haber salido del hospital. En la primera visita su médico lo revisará y evaluará, y resolverá las dudas que puedan surgir sobre los cuidados del recién nacido y su alimentación.
Si tu bebé parece estar satisfecho, moja más de 6 pañales al día, evacúa de manera regular, está alerta cuando está despierto, duerme bien y aumenta de peso, puedes estar seguro que tu bebé se alimenta de manera adecuada. Acude al médico si tu bebé llora, parece tener hambre pero se le dificulta tomar del pecho, está molesto o no es posible consolarlo.
El pediatra te dará las mejores recomendaciones para el cuidado de tu bebé.
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Si persisten las molestias, consulte a su médico. No se deje al alcance de los niños.
